miércoles, 3 de diciembre de 2008

NOS VEMOS EN DISNEY


Marquitos un día despertó y preparo una mochila. La cargo hasta la manija de dudas, y para que entraran todas, solo eligió llevarse tres o cuatro, las mas grandes. Marquitos no sabía que hacer ni a donde ir con esa mochila, por eso fue que solo empezó a caminar. La mochila es muy pesada y el camino es recto, recto como la ruta que va a la pampa, a los costados no hay mucho, es siempre lo mismo, Km. de siempre lo mismo por todas partes. Marquitos después de caminar millones de Km. chatos, siempre se preguntaba hasta donde ir y si tenia que parar. Pensó, que si el lugar donde estaba no le gustaba era mejor seguir caminando haber si encontraba uno mejor. Siguió caminando otro millón de Km. y vio muchos falsos oasis, esos que se reflejan con el sol y que cuando llegas no hay nada y te sentís como el orto y te cagas de sed. Creía que había que seguir caminando porque quedarse estancado no le gustaba, el clima era muy pesado y casi no había diversión, salvo los hongos de la vanquina. Marquitos seguía caminando, siempre con la esperanza de encontrar el sentido. Se cruzo con varios caminantes en el camino. Algunos caminaron con el, otros lo hicieron correr, otro le pedían “upa”, otros le caminaba adelante y no se dejaban atrapar, otros ni lo saludaban. Con el resto se agarraba a piñas o a los besos. Ojo, que muchas veces los mismos que lo hacían correr, después le metían la pata. Marquitos muy a menudo se pudría de caminar y le salían ampollas y ampollitas. Tanto caminaba mirando lo mismo que a veces creía que lo sabia todo, y que no había otro clima ni otro paisaje ¿Dónde esta Disney? decían los carteles del camino, ¿Dónde carajo esta?
Paso por varias bajadas por el peso que tenía esa mochila, pero no le eran convenientes, después había que subir. Las bajas alturas te hacen doler la cabeza mal, pobre Marquitos.
Un día Marquitos quiso dejar de ser Marquitos y ser Marcos, por eso tubo que cambiar de camino una vez más. A veces primero cambia el camino y luego la manera de caminar. Depende
Otra de las cosas que pensaba Marcos, era como hacer para mirar para otro lado. Muchas personas caminaban yendo para otros lados, incluso mucho iban para el lado contrario, cuantas veces se habrá llevado por delante con otro que también venia cargado con miles de cosas.
Un día, Marcos vio un cartel a lo lejos y empezó a correr como cada vez que veía un cartel. El cartel decía “Lo que mata es la ansiedad” Marcos se fastidio de nuevo. Durante los próximos billones de Km. hubo un par de carteles. “nada” “naranja” “0” “yo que se.” Marcos se dio cuenta que muchas veces no había carteles de “seguí” “dale” y empezó a bajar la velocidad. La mochila ya era como llevar un rinoceronte adulto a upa. Marcos, se pudrió de nuevo y tiro la mochila a la mierda, empezó a caminar más feliz hasta que decidió darse vuelta para ver donde habían quedado sus dudas. Que mal, las dudas lo venían siguiendo. “Caminan” grito Marcos cuando las vio venir. Las dudas lo seguían por el camino, entonces Marcos decidió no mirar para atrás, y seguir para adelante. Pero las dudas le tiraban piedras y le gritaban cosas “¿A dónde vas, zapallo!?” ¿Porque no paramos? Por ejemplo. Marcos intento matarlas pero eran de goma, era dudas blindadas anti-locos. Marcos se trato de acostumbrar a estas seguidoras, pero le resultaba casi imposible, eran muy pesadas.
Siguió caminando sin decidir nunca mas nada, hasta que un día vio venir a las dudas que lo seguían detrás, las vio venir de frente, eran exactamente las mismas dudas, inmortales y veloces. Hoy Marcos, Marquitos, sigue a sus dudas a ver a donde lo llevan. Besos.

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